Tras su primera audiencia en el juicio en el que lo juzgan por abuso sexual, Alperovich brindó con champagne junto a su familia en un resto porteño

Alperovich podría ser condenado a 15 años de prisión por reiterados abusos y violaciones a su sobrina.

«El ex gobernador Alperovich ayer en el banquillo de los acusados sometido a juicio por el abuso de su sobrina, hoy brindando con toda su familia en un reconocido restaurante de Avenida del Libertador», informó en X el periodista Sergio Farella, de Todo Noticias.

En la jornada inicial del juicio, la joven denunciante tuvo que responder más de un centenar de preguntas que afrontó con aplomo y serenidad, aún ante las exposiciones más complejas y cruentas realizadas por los defensores del ex gobernador, quienes la llevaron a dar detalles de cada uno de los tormentos que sufrió. En la sala sólo quedaron la sobrina del imputado, el juez, los funcionarios judiciales y las partes: fiscalía, querella y defensa.

Al tratarse de hechos diversos (nueve en total), se le preguntó acerca de cada uno, con detalles, sobre todo del lado de la defensa que intentaba demoler su testimonio con las pruebas que ellos mismos ofrecieron, y que contarán sobre todo con aportes de testigos.
Sin embargo la mujer de 33 años no tuvo problemas en expedirse sobre cada uno de los hechos, sin temor, a pesar de que en muchos pasajes debió hablar sobre situaciones muy delicadas y proporcionar detalles íntimos.
Llamó la atención una frase que ya había dicho durante la instrucción del caso. Según ella Alperovich se comparaba con el violinista André Rieu “por la velocidad con la que movía los dedos”.
En todos los casos la ex colaboradora de Alperovich dijo que había sido atacada tanto en Buenos Aires como en Tucumán, en departamentos, casas e incluso en automóviles. Y afirmó que el entonces senador ejercía una presión brutal sobre ella, lo que motivó que su reacción para cortar la relación laboral e incluso en presentar la denuncia no fuera inmediata.
Fuente: Contexto