La nueva administración del Sindicato de Camioneros en Tucumán, arrancó la semana firmando varios telegramas de despidos «sin causa», a empleados que prestaban servicios en la entidad gremial.
Los telegramas fueron cursados y firmados por Rafael González y Diego Casella, secretario adjunto (a cargo de la secretaria general por corrimiento de cargo) y secretario administrativo, respectivamente.
Hasta ahora son 4 los empleados del gremio despedidos, con una antigüedad que en promedio superaba los 5 años. “Por medio de la presente le comunicamos que a partir del día de la fecha queda despedido sin causa”, reza el telegrama firmado por González y Casella, y que hace suponer que responde a motivos políticos relacionados a la interna de Camioneros, más que a motivos laborales.
La decisión de la nueva conducción se da en el marco de una interna que mantenían con César Torres, el secretario general reelecto en varias oportunidades por sus afiliados y que hace unas semanas comunicó su decisión de tomar licencia alegando «profundas diferencias políticas e ideológicas» con los mencionados dirigentes y parte de la Comisión Directiva, aún vigente.
“En el último tiempo, con los miembros de la Comisión Directiva hemos experimentado diferencias políticas e ideológicas”, escribió Torres, al tiempo que lamentó las desacreditaciones y descalificaciones sufridas en el desgastante proceso que lo llevo a optar por tomarse una licencia.
Llama la atención la decisión tomada por la nueva conducción, de efectuar despidos «sin causa» en el contexto económico y político actual. Es que las nuevas autoridades pontifican la imagen de los conductores de Camioneros a nivel nacional, Hugo y Pablo Moyano, quienes se identifican como férreos defensores de la fuente laboral y el derecho de los trabajadores. Sin embargo, la decisión de las nuevas autoridades locales, de efectuar despidos «sin causa», ha sido tomada por el resto de los dirigentes camioneros como una medida «antisindical» que se opone además a los lineamientos que caracterizan a las decisiones tomadas desde la central camionera.
En este sentido, resta esperar una posible reacción de la conducción nacional que mira con atención y sin buenos ojos el acontecer en la seccional tucumana. A su vez, queda esperar también como asimilan este recambio y el accionar dirigencial, los afiliados camioneros tucumanos, que validaron en las urnas la conducción de César Torres, por más de una década.